Si hay algo que distingue al Escultismo dentro del mundo asociativo es su naturaleza de movimiento educativo no formal, basado además en un método propio de actuación.
En efecto, el Escultismo nace con la finalidad de educar a las generaciones venideras en modos de ser y maneras de actuar que incidan en una mejora real de su entorno. Podemos decir, que el Escultismo es una verdadera escuela de educación para la ciudadanía, que más allá de los debates que el término ha suscitado en los últimos años, tiene ya más de 100 años de vida.
El Escultismo surge en sí mismo como respuesta a una necesidad social de su entorno construye su sistema sobre una opción, un compromiso libremente adquirido para colaborar en la educación integral de niños, niñas y jóvenes. Por tanto, es imprescindible considerar la vertiente de voluntariedad recíproca que conlleva, voluntariedad para quienes lo practican tanto desde la responsabilidad de educadores scouts cuanto desde la posición de los educandos.
El Escultismo se dota de un método para tal fin, método que se concreta en estrategias más concretas y se adapta a los tiempos con la constante actualización de éstas.